lunes, 27 de julio de 2015

¿Qué pasa con Borja?

Hago esta entrada porqué vosotros, mis lectores, merecéis una explicación a mi inactividad reciente. ¿Qué es lo que pasa conmigo, porqué no publico? Bueno voy a responderos.
Bien, últimamente llevo un mal ritmo, desde la Summer Cup, (la competición deportiva que la semana del 19 me impidió subir entradas), no he subido nada... ¿Por qué? Pues la verdad es que no he estado de mucho animo, y no me daban ganas de escribir en el blog.
Normalmente suelo subir una entrada semanal y desde que empezó el verano (algo más tarde en verdad) hice algunas extra, me daban ganas de escribir y hacía una entrada con mis reflexiones sobre un tema, pero después de este lapso de actividad superior a la normal me ha dado un poco de bajón...
Tenéis que entender que este blog es algo que hago, algo que actualizo y en lo que trabajo porqué me hace feliz, si no me hace feliz no lo hago, y no es no me haga ya feliz, sino que no me apetece últimamente escribir aquí...
Eso no quiere decir que el blog cese, sólo que necesito un descanso y quitarme un poco la presión de tener que subir entradas...
Veréis, si me estresa en verdad, aunque os parezca mentira, no tengo Internet en mi domicilio y cuando escribo una historia o un artículo para los que necesito investigar o documentarme, tengo que hacer mil inventos para conseguir Internet y trabajar en dicha entrada. Y mil más para publicarla, así que esto, este blog me agobia un poco, y sólo lo mantengo porqué amo escribir.
Que pesado soy por dios, ya sea dando excusas o declarándome, en fin... ¿Cuantas palabras he usado en este blog para lo uno y sobre todo para lo otro...?
Bromas a parte, recapitulando. El blog no ha cesado, sólo necesito un descanso y siento haberos tenido sin entradas ni explicaciones. Dadme unas semanas para descansar y liberarme un poco y después haré como aquella vez que me retrasé con unas entradas e hice una semana publicando cada día. Pues eso, después de mi descanso, publicaré de una tirada todas las entradas que os deba. Haciendo en una semana una diaria o más.
Me despido. Lectores, siento este lapso de inactividad, os debo una. Un saludo cariñoso que os quiero un montón y mis disculpas de nuevo.

Borja Díaz Casas.

sábado, 4 de julio de 2015

Cuando me quitas la mueca.

Esto fue algo que escribí el Jueves 25, y que no publiqué no se ni porqué, pero la que inspiró está entrada merece que dicha entrada vea la luz, así que aquí está:


Una vez más mis revoloteados pensamientos no me dejan dormir. Es de madrugada, no preguntéis que hora, estoy demasiado atareado escribiendo y enloqueciendo a la vez como para bajar los ojos a la esquina inferior derecha de la pantalla y verlo. Ya no se ni que hora y no paro de dar vueltas a la misma cosa. Quizás también influya que hoy he dormido hasta tarde y no tengo sueño.
Hoy ha sido un día duro para mí, iba bien hasta que ha aparecido ese bache insalvable que me ha jodido vivo. Me ha desanimado y dejado sin fuerzas. He llegado a casa sintiéndome inútil, un grano de polvo más en una tormenta de arena. Sintiendo que nada de lo que dijera, que ninguna palabra, ninguna caricia, ningún beso, carcajada, sonrisa o consejo que saliera de mí influiría en nada, que no dejaría ninguna huella, que era alguien desechable en un montón de inútiles almas humanas que pululan sin sentido ni destino.
Hoy he llegado a casa sintiéndome condenado a la mediocridad, sólo, desamparado, triste, deprimido, rindiéndome alguien que no puede contar con nadie, sintiendo que a mi alrededor no dejo huella en nadie, no hago nada que merezca atención, reconocimiento ni lealtad ajena. He llegado tan hastiado de la vida, tan deprimido, que no veía más que negro donde miraba, que mi propia desesperación me impedía ver las cosas con claridad. He decidido escribir, para desahogarme y ni siquiera eso podía, pues no me daban las fuerzas, mi ánimo no me permitía más que llegar a un sofá y dejarme caer allí agotado de vivir de forma inútil y mediocre.
Y entonces tú has llegado. Me has dicho cuatro cosas que me han animado, para que más si el sentido de lo dicho me llena por completo. Has aparecido como de repente y me has cambiado el ánimo en segundos, me has enternecido, me has enamorado, me has animado, me has devuelto mi euforia, mis ganas de vivir, mis fuerzas, me has llenado de vida.
En serio, ¿como cojones lo haces? ¿Como lo consigues. Como me devuelves mi fuerza de voluntad, como sacas lo mejor de mí? ¿Como eres capaz de nutrirme de vida, de titánicas fuerzas, para aplastar a lo que me aplasta? Me has devuelto el vigor, sólo con palabras, me has dado ánimos para luchar sin mirar más que hacía delante, sin tregua ni cuartel, sin posibilidad de rendirme, para dar hasta la última gota de sangre si hace falta por no dejarme aplastar, por merecerte, por ser tan fuerte, tan bueno, tan increíble como tú. No sé como lo haces, no se si es porqué se que no puedo contigo si intento seguir apoltronado en mi tristeza, que no hay manera en ganarte una discusión cuando te empeñas en darme ganas de vivir, que no te vas a conformar con decirme esas palabras románticas que esperas que me animen, ya que si estas no funcionan te remangas y me metes dos guantazos reconstituyentes si hace falta para que me serene. No se si es el que te ame. El que sienta que debo ser más fuerte, más grande, mejor, para poder cuidar de ti, no se si es que eres el mejor de los ejemplos a en lo que seguir adelante se refiere. No se que tienes, no se que haces. Sólo se que llegas y se me olvidan todos mis males, me dan ganas de reír, de escribir, de gritar. Me dan ganas de vivir como yo vivo, pareciendo un perturbado mental que no puede parar quieto. Como vivo cuando soy feliz, cuando me haces feliz. Me dan ganas de besar tus labios, acariciar tu cuerpo, dejarme consumir por la pasión y la lívido que me embriaga sólo con una de tus increíbles miradas, sólo con el roce de tus pequeñas y suaves manos, con la caricia de tus cabellos castaños rozando mi cara cuando te beso, con el movimiento de tus preciosa piernas, perfectamente orquestado... Y ya si me enseñas carnes me vuelvo loco. Y como ahora con estas ocurrencias repentinas siento ganas de reír, rato después de que me hayas surtido efecto.
Siento ganas de comenzar el siguiente día lleno de fuerzas esperando que me pase lo mejor que me pueda pasar... Eso cuando consiga dormir porqué la euforia no me deja ahora...
Es tarde e intento no extenderme mucho... Simplemente necesitaba decirte una vez más, porqué creo que por muchas veces que te lo diga no son suficientes, necesitaba decirte, que te amo. Que no puedo dejar de hacerlo, no puedo dejar de celebrarlo, de sentirlo, de demostrarlo. Que es imposible no amarte, que... Joder, ya me estoy poniendo noño otra vez... Madre mía...

En fin. Que esta entrada está siendo muy extraña y caótica, porque escribo según me vienen los sentimientos, en tropel, sin orden ni concierto, que me has dejado el corazón revolucionado y ahora no hay quien ponga orden ahí dentro. Mi pulso acelerado, mi respiración agitada, mis músculos tensos, y no pierdo las ganas de saltar de la cama pensando que el tiempo que no invierto en ti es desaprovechado. Leche, ya dormiré cuando esté muerto, todavía tengo que aprender a escribirte sonetos. Y ha cantarte canciones. Y a llenar tu vida de aventuras. Y tengo que aprender a relajarme, porqué quererte ya sé, y creo que lo demuestro... Esto debe ser lo más extraño y desordenado que he escrito nunca. Revolucionas mi vida, y Dios, que bien está mi vida desde que le das la vuelta con miradas esmeralda y con besos como los que nunca me han dado, ni he robado...

Los Iphones de las Cortes Valencianas.