jueves, 25 de junio de 2015
miércoles, 24 de junio de 2015
Hay un momento para dejar marchar
¿Porqué hay personas que se empeñan en hacer las cosas más
difíciles de lo que ya son? Es decir ¿porque alargar la agonía?,
¿porque perder la dignidad?, ¿porqué quedar como un idiota?,
¿porque convertirte en algo o alguien que tu mismo despreciarías?,
¿porqué sumirte en la más insólita inmundicia emocional?
Me refiero a esos comportamientos extraños que tienen ciertas
personas ante una ruptura. Pongamos un ejemplo:
Persona A y persona B tiene una relación. Persona A termina por los
motivos que sean con persona B.
Bien aquí hay una elección que tiene que tomar la persona B.
Mantener su dignidad, asumirlo y superarlo... U obsesionarse y hacer
de los siguientes meses un infierno para A.
Y este es el segundo caso que no puedo entender. En que momento B
llega a la conclusión de que acosando a A, haciéndole daño, y no
saliendo de su vida, no olvidando y torturando al pobre A, en que
momento B, piensa que las cosas serán como antes, que eso le hará
sentir bien o que simplemente es lo que debe hacer. ¿¡En que
momento!?
Mirad yo puedo entender la máxima esa de "lucha por lo que
quieres", pero tiene un límite. Cuando una persona te dice que
no quiere estar contigo, puedo entender que intentes reconquistarla.
Pero una cosa es esperar unos meses a que se enfríe la cosa, a que
te echen de menos, a que recapaciten, dar un poco de espacio y ver si
ha sido sólo un error... en fin esas cosas. Luchar por alguien es
que B deje espacio para A y tras un tiempo intente retomar la
relación, acercarse, ver si queda algo. Y si no queda nada, pues
simplemente retirarse con orgullo. Eso es hasta cierto punto
comprensible. Hay veces que por determinados motivos, por problemas y
situaciones llenas de estrés podemos tomar decisiones desacertadas.
Así que bien, si, lucha por él, o por ella. Pero una cosa es
luchar. No rendirse, dar espacio y esperar... Y otra cosa es
convertirte en un psicótico o psicótica que no deja en paz a la
otra persona.
Mirad, yo, y hablo desde mi punto de vista, quizás este
equivocado... En fin yo creo que lo mejor que puede hacer uno cuando
le dejan es mantener la dignidad. Eso no significa que hagas como que
no pasa nada, significa que no te rebajes, y que no te arrastres. Si
esa persona que quieres no desea seguir contigo, es muy difícil que
tu puedas hacer nada para cambiarlo, seguramente aunque decidas
esperar para volver, fracases. Hay cosas que terminan y punto. Cuando
te dejan pueden decirte la verdad por dolorosa que sea, o soltarte
una mentira del copón. Pues bueno entiendo que una persona quiera
que si le dejan, al menos le digan la verdad, le digan el verdadero
motivo, es lo mínimo que merece y que lo hagan a la cara. Y buscarlo
no está mal siempre y cuando B, no se pase buscando el motivo por el
cual le han dejado. Si intentas averiguar porqué te han dejado de
verdad, porque deduces que te mienten, llegará un momento en que la
otra persona te lo dirá o no. Y tu sabrás cuando llegue el momento
de si te van a decir la verdad, o te van a aseguir engañando. Por
mucho que duela, tu lo sabrás. Por mucho que te desespere y te queme
tu sabrás si A se va a sincerar o no.
Llegado ese momento, donde te han dicho la verdad, la has averiguado
o simplemente no la sabes ni la vas a saber. Llegado ese momento
donde ves que la otra persona ha tomado la resolución de acabar con
lo vuestro y nada de lo que digas o hagas va a cambiar su parecer,
llegado ese momento, lo mejor que puedes hacer, por experiencia lo
digo, es tener dignidad, orgullo, Que esa persona no te quite lo
único verdaderamente tuyo que tienes. Asimílalo y vete. No intentes
mantenerlo a tu lado esperando que algo le haga cambiar de opinión,
no montes una escena, no intentes vengarte ni te obsesiones con él
hasta que vuelva (porqué en el fondo sabes que no volverá sino no
sería tanta la desesperación que arde en tu corazón). Simplemente
asúmelo y vete. Llora, maldice tu suerte, dile lo mucho que la
quisiste, dile como te hacía sentir. Deja que el dolor fluya, no te
estoy diciendo que lo ocultes. Simplemente te estoy diciendo que no
te arrastres. Lo mejor que puedes hacer repito es mantener tu
dignidad. Si te dejan y te rompen el corazón, si es insalvable y tú
sabrás en seguida si lo es, pues no tienes muchas más salidas
elegantes. No está mal expresar tus sentimientos, no tienes porqué
ocultarlos, joder esa persona te importaba y ahora te está
destrozando. Pero todo tiene su momento. Deja claro como te sientes,
cuanto lo querías, di lo que tengas que decir y después vete.
Conserva tu dignidad, que no te quite eso, junto al amor que tu
tenías para él o para ella. Eso es lo mejor que puedes hacer. Hay
personas malvadas, inconscientes y egoístas. Y por tanto hay
personas que harán mucho daño por eso. Pero hay personas buenas. Y
a veces hacen daño sin querer hacerlo. Pero que una persona te deje
no significa que sea mala, simplemente que lo que sentía por ti se
agotó, o que simplemente se equivocó intentando quererte cuando no
podía. Por eso lo mejor que puedes hacer cuando eres B, es asumirlo
conservar tu dignidad y dejar marchar a esa persona. Si A es una hija
de puta o un hijo de puta, pues que le jodan, él o ella se pierde
estar a tu lado y recibir tus cuidados y cariños. Y si es una buena
persona que simplemente no sentía lo necesario por ti para estar
contigo, pues no le amargues, él o ella te cuidó mientras estuvo a
tu lado, tuvisteis algo bonito, quédate con eso y déjalo marchar.
Pero eso de obsesionarse con alguien y acosarle, llamándole a todas
horas, colándote en su circulo de amigos e influencias para
obligarle a estar cerca de ti. Manipulándole a él y a otra gente
para hacerlo volver. Eso no está bien. Porque si A es una mala
persona que te ha hecho daño por ello, te estás rebajando a su
nivel. Y si es una buena persona que se ha equivocado, porqué es
humana, porqué esas cosas pasan a veces y te ha hecho daño por
ello... Pues estás jodiendo a una persona que no se lo merece y que
te trató bien mientras pudo.
Y luego está quien no se obsesiona para recuperarlo, sino que decide
vengarse, o tan sólo, después de obsesionarse, ve que no va a
recuperar a esa persona y decide castigarle. Esta es la senda de los
castigadores, amigos y amigas. Aquellos hijos de puta que hacen de la
vida de A un infierno, se lo merezca o no. Repito. Si se lo merece,
te estás rebajando a su nivel y si no estás haciendo daño a una
buena persona que te cuidó mientras pudo. En este caso es cuando B
decide hacer cosas, llevar a cabo acciones, con toda su malicia y
mala hostia, esperando dañar a A, muchas veces pretenderá hacerle
daño, para que cuando A este herido emocionalmente, Puleva a los
brazos de B... Tiene cojones la cosa... En este punto B empezará por
cosas que resbalarán a quien le rompió el corazón y si no cesa
porque recapacite irá a más. Empezará a dejarlo o dejarla como el
malo o la mala, (el maléfico A). Pondrá a gente en contra de A,
contará intimidades y secretos de A, entrara en la zona de confort
de A siempre que pueda para destruirla... Un ejemplo de eso son las o
los exs que aprovechan esa llave que no te devolvieron para destrozar
tu casa, para desguazar tus cosas, para mandar a la mierda tus
proyectos y trabajo... Etc... Eso cuando no son auténticos
psicópatas que te atacan literalmente a ti.
En fin he aquí los casos. Sabéis que es lo peor. Lo peor de esto no
es lo que se pueda rebajar una persona, lo que pueda decepcionar a su
víctima que en otro tiempo la o lo quiso. Lo peor no es lo bajo que
cae B.
Lo peor de esto es cuando A es una buena persona, una persona que
simplemente dejó de estar enamorada, que simplemente no estaba
preapartado o preparada para una relación. Una persona que en
definitiva quiso y cuido de su pareja hasta que sintió que no podía
tratarla como antes y prefirió cortar la relación a no ser un novio
o novia adecuado o adecuada. En estos casos A, que sufre la venganza
o la obsesión de B... En estos casos esta jodido. Porqué eso le
hace más daño del que se pueda pensar...
Mirad yo he estado en las dos situaciones. Me han dejado y roto el
corazón y he tenido que romper alguno, porqué prefería terminar
una relación con una persona a lo que no podía querer y cuidar, a
mantener una relación con una persona a la que no podía querer y
cuidar.
Y no os voy a engañar yo también me he obsesionado a veces un poco,
es duro decir adiós. Pero me he obsesionado en la primera relación
un poco seria que tuve, que era un cacanajo, un imberbe, un enano,
que no sabía nada de sentimientos ni de na'. Y creedme he compensado
a la pobre persona que me sufrió como ex. Todo lo que he podido,
hasta lavar mi culpabilidad. Y en el resto de relaciones pues he
intentado no hacer lo que no querría que me hicieran. Me han dejado
más veces, es lo que tiene la vida y me han roto el corazón unas
cuantas. Y pues eso, llega un momento cuando te están dejando, en el
que tu sabes que ya no puedes hacer nada por salvar la situación, en
el que sabes que no puedes hacer nada para averiguar porqué te dejan
de verdad. Así que simplemente, coges, dices las últimas palabras
que consideras oportunas y te vas, con dignidad, "pues si no
quieres estar conmigo, peor para ti" y ya está. Es duro. Pero
es más duro arrepentirse de haber sido un ex acosador o un ex
vengativo o simplemente un ex gilipollas. El tiempo pasará, tu
corazón curará y recordarás esa ruptura que te hizo más fuerte, y
si la asumiste con dignidad pues la recordarás con orgullo, porqué
fue algo que te hizo mejor y más sabio. Simple.
Y por otro lado también, como decía, he estado en el lado de los
que rompen el corazón. Y joder hay veces que pasa, somos humanos.
Estás con una persona, y la cosa no funciona simplemente, tú lo
intentas, haces lo posible, pero es que no la quieres, y ves que cada
vez te empieza a costar ser atento con esa persona, ser cariñoso, en
fin, ser buen novio o buna novia. En definitiva te cuesta querer a
esa persona, con el tratamiento que ello implica, porqué simplemente
no le quieres o no la quieres. Son cosas que pasan. Y lo mejor que se
puede hacer en esos casos es no tener engañada a esa persona, por lo
tanto romper es la única opción, porqué si no puedes cuidar a una
persona que es tu pareja como debes, es mejor que no sea tu pareja.
Simple. Y bueno pues tú, a tu pesar, cortas esa relación, has sido
buen novio, o buena novia, porqué no eres un hijo de puta egoísta,
malvado o carente de sentimientos. Pero como ya no puedes ser bueno,
porqué no sientes lo que debes de sentir, rompes, con cuidado, con
delicadeza y sobre todo a la cara, tragándote toda la mierda que
ello implica, si, pero es lo mínimo que puedes hacer para compensar
de alguna manera quien dejas... Pero cuando la otra persona decide
comportarse como hemos dicho que no debe de comportarse... Cuando tu
te comportas como debes... Uy majo, la que te va a caer.
Porqué da igual lo atento/a que hayas sido, todo el bien que hayas
hecho, da igual que hayas sido el puto amo (o el equivalente femenino
de este termino, que no se bien cual es). Da igual. Como a la otra
persona se le mete entre ceja y ceja entrar en estado de bestia
herida... Estas jodido, o jodida...
Es curioso, porque cuando tu eres A, tampoco es fácil ni agradable.
Y aquí estoy hablando desde mi punto de vista y desde mi
experiencia, repito. Quizás sea la persona más equivocada del mundo
y no me de cuenta de como son las cosas, yo hablo desde mi
perspectiva. Como decía no es sencillo. Estás haciendo daño a una
persona, sin querer, no era tu intención, no sabías que eso iba a
terminar así, pero ahí está, le vas ha hacer daño hagas lo que
hagas y joder eso no es agradable. Por otro lado, quitando los
posibles cargos de conciencia, joder, te quedas sólo, y me refiero a
que pierdes a una persona importante para ti, es decir hay casos y
casos y excepciones hay, seguro, en cada punto del que he hablado hay
excepciones. Pero en la mayoría de estos casos, te quedas sin una
persona importante, si bien no la quieres en un sentido romántico,
eso no quiere decir que no le tengas aprecio. Y la estás perdiendo,
como amiga o amigo, como compañero o compañera... En definitiva la
estás echando de tu vida, porqué eso del "seguimos siendo
amigos"... Eso es un cuento a mi no me jodáis.
Pero las cosas son así, así es como te sientes, y ojo que no es
queja, es lo que toca, apechugar y para delante, pero eso no evita
que en la mayoría de casos, y estamos hablando si eres una persona
de cierta categoría, de cierta honradez, sentido común y demás,
pues te sentirás así.
Intentas hacer las cosas bien, pero no puedes porque B... B te va a
tocar los mismísimos lo que no está escrito. Te va ha hacerlas
pasar putas, ya sea obsesionándose contigo o vengándose. Y tu te
quedas con una cara de gilipollas monumental pensando: "¿Para
esto he intentado hacer las cosas bien, o todo lo bien que podía?"
"¿Para esto yo ando sintiéndome mal, y sintiéndolo por
él/ella?" "¿Para esto tanta culpa?"
Exacto para eso, para eso remordimientos, para eso noches sin dormir,
para eso sentirte como una mierda egoísta, para eso sentirte mala
persona, para eso tanto tiempo dedicado, para eso tanto esfuerzo,
para verte acorralado por una obsesión o una venganza emocional.
Para acabar dolido o harto. Para acabar deprimido y aislado.
Y llega un día que al fin ese infierno termina, la otra persona, el
señor o la señora B se cansan, se aburren o simplemente lo superan
o se olvidan y te dejan en paz. Da igual cuanto tiempo haya durado.
Tu estarás ese tiempo, o más, perfectamente pensando "Los
cojones me meto en otra relación" al menos en la mayoría de
los casos. ¿porqué? Pues porqué no piensas en tardes llenas de
risas, en caricias y besos robados, en miradas fugaces llenas de
amor. En manos que se encuentran cuando vas andando junto a esa
persona, para enlazarse. No piensas en notas rápidas llenas de
ternura, tanto enviadas como recibidas. No piensas en días que
empiezan con nervios y euforia cuando ves a esa persona...No, piensas
en un, o una psicótico/a que te va a hacer la vida imposible cuando
se acabe lo vuestro... Todo por un o una imbécil que no tenía la
madurez ni el amor propio de decir, "pues si me dejas, por mucho
que duela, ahí te quedas". Por eso...
En resumidas cuentas. Una ruptura es difícil. Y cuando se trata de
una relación entre personas con valores, con moral y honradez,
personas que de verdad se han preocupado, al menos mientras durara el
idilio, por su cónyuge... Pues en estos casos la ruptura es dura
para ambos, pero al menos no es violenta. No nos vayamos a engañar,
el que ocupa el puesto de B, al que dejan, ese está muchísimo más
jodido es cierto. Pero para el otro, si tiene un mínimo de humanidad
tampoco es agradable.
Así que por nosotros mismos, lo mejor que podemos hacer, sea cual
sea el lugar que ocupamos en una relación y sobre todo en una
ruptura, si la hay, es tener dignidad, amor propio y orgullo. Amar y
cuidar cuando toque. Y dejar marchar y superar, si tenemos la
desgracia de que nos dejan. En cualquier caso, por muy mala que sea
la otra persona, no debemos rebajarnos a su nivel, todo cura y al
final aunque sea a las malas sirve para aprender.
Así que si alguien que es de los que hacen daño por egoísmo y mala
fe, tanto cuando dejan, como cuando son dejados. Mirad, iros un
poquito a la mierda, aprended a madurar, cachos de cabrones/nas. Y
sobre todo, aprended a tener humanidad y dignidad, orgullo y honradez
y tratar bien a la otra persona, ya sea porqué se lo merece porqué
os quiere y os cuida o porqué os ha querido y os ha cuidado, o ya
sea por al menos no rebajarse a su nivel de hijo putismo... Y con
estos últimos pensamientos me despido. Un saludo lectores.
martes, 23 de junio de 2015
lunes, 22 de junio de 2015
A mis hermanos.
Uno puede escribir y dedicar cientos de párrafos y folios a gente,
conocidos, amigos, parejas, familiares, etc... Y en la mayoría de
los casos esos escritos dedicados nunca serán merecidos. Pues las
personas tienden a ir y venir y pocas relaciones, afectivas,
carnales, sentimentales, son para siempre. De manera que yo mismo he
dedicado líneas a gente que no lo merecía, aunque soy un tonto con
suerte, ya que he dedicado líneas a gente que si lo merecía de
verdad, y creo que debo de ser una de esas personas que rompen la
norma y que ha tenido la suerte de tener que arrepentirse pocas veces
de que esas dedicatorias fueran inmerecidas. Ya que por el momento
salvo excepciones que puedo contar con una mano, aquellas frases que
dibujé en un folio pensando en alguien, por el momento están bien
dibujadas y con razón de estarlo.
Sin embargo hay algo que no he hecho y otra cosa que si, os explico;
Nunca he dedicado unas líneas a mis hermanos verdaderos, a aquellos
que comparten lazos sanguíneos y genéticos conmigo, es por eso que
he decidido enmendar mi error con este escrito y ponerle solución en
cuanto termine de divagar.
Por otro lado hay algo que si he hecho y a veces mal. Hay veces que
he conocido a personas, con las que he trabado amistad y con las que
creí que esa amistad duraría para siempre, o si no para mucho
tiempo, personas que creí que me eran leales y en las que creí que
podía confiar. Personas a las que traté con ese sentimiento
fraternal de hermano, de forma inmerecida... Y que, bueno en el mejor
de los casos digamos que simplemente me han fallado, para no entrar
más en detalle, ni ahondar más en la herida.
Una vez hechas todas las introducciones y una vez divagado todo lo
divagable, vamos a dedicar esas líneas que mis dos hermanos se
merecen. Para empezar, ¿Por qué hago esto por aquí? ¿Por qué no
escribo una carta y se la envío a ellos? ¿Por qué una entrada de
blog? Os parecerá una tontería pero me es más fácil abrirme por
este medio, donde para que engañaros, se que ellos no lo leerán,
pese a todo, porqué este es mi rincón seguro donde puedo escribir
desde lo más hondo de mí y hablar de todo lo malo que he hecho, de
todo lo bueno que he hecho y de todo lo que independientemente de su
moral, pude haber hecho.
Me siento bien escribiendo aquí, me siento desahogado, me siento
seguro y me siento libre, este es mi pequeño reino cimentado en
palabras y prosa y me siento seguro en él, porqué si alguna vez
alguien me pregunta sobre algún escrito en el que yo me abriera,
siempre puedo decir "No, eso es un cuento escrito en primera
persona, no es que yo piense así, es un personaje que piensa así y
escribe en primera persona" y ya está. Puede que sea cobarde,
si, puede que siga manteniendo aquello que dejo salir cuando me abro,
dentro de mí. Puede que no reconocer la autoría de estos
sentimientos eche por tierra todo el esfuerzo de dejarlos salir,
puede que sí, pero yo me sigo sintiendo seguro en mi reino de "Me
apetece escribir..." usando la duda de si el escrito es un
relato, o es una confesión, como muralla que me proteja.
Sigamos; ¿Que es lo que pasa con mis hermanos?, para que yo me
sienta en el deber de dedicarles unas líneas. Simple. Mis hermanos,
lo son por parte de padre únicamente, no hace falta que os explique
más. Con lo cuál hay una serie de barreras, que me impiden tener la
relación que quisiera con ellos. La distancia, la edad, la familia,
ya sabéis ser de madres distintas, y todos los posibles problemas y
tensiones familiares que surgen en estos casos.
Yo siempre he querido tener una mejor relación con mis hermanos,
pero simplemente no se ha dado. Cuando era más niño pues siempre se
me olvidaba llamarlos, estar pendiente de ellos y demás, era un
niño, no es que no los quisiera, o que no me importasen, simplemente
se me olvidaba, no veía ni sabía, ni esperaba que esa relación
perdiera fuerza por no estar pendiente de ella. Yo era un niño que
jugaba con "action man's" y a la pelota, no entendía lo
complejo que era el corazón humano y lo complejas que eran las
relaciones, sobre todo las familiares...
De manera que la edad, la distancia y ese resto de diferencias y
barreras fue enfriando la relación con mis hermanos... Ciertos
problemas familiares que aquí no voy a citar también ayudaron, y de
repente llegó un día en el que me dí cuenta de que mis hermanos
tenían su vida, yo tenía la mía, y ya sólo compartíamos poco más
que un apellido. En esta historia no hay culpable, no hay un "fuiste
tú" o "fui yo"... Son cosas que simplemente han
pasado. De repente un día me dí cuenta de que la relación con mis
hermanos se había enfriado, simplemente noté como una barrera de
hielo se interponía entre ellos y yo. No significa que no me
quieran, no significa que yo no los quiera, que no se pueda romper
dicha barrera, o que no vuelva a saber de ellos. Simplemente
significa que esa relación esta fría y que hay que trabajar mucho
para que se convierta en un lazo afectivo digno de hermanos.
El problema es ese. Ahora es muy difícil hacerlo, quiero pensar que
un día cuando tenga independencia y pueda ir a donde quiera, sobre
todo gracias a mi bolsillo, uno de mis hermanos me repetirá esa
oferta que me hizo tantas veces de ir a Bilbao a visitarle y estar
unos días allí, y que yo podré subir, aprovechar para escribir una
cosa que quiero escribir allí inspirado por los rincones de esa
ciudad y que podré pasar tiempo con mis hermanos, junto a ellos y
demás. Pero de momento mi situación no es la más idónea para
luchar por conseguir eso.
Repito, no hay culpables sólo hechos.
Reconozco que a mi me encantaría tener la confianza que tengo con
algunos de mis amigos, con mis hermanos. Yo a mis hermanos los
quiero, y confío en ellos. Pero no puedo tener la confianza ciega,
ni la lealtad absoluta e inquebrantable con ellos que tengo con otras
personas. De la misma manera que ellos no pueden tenerla conmigo. Es
decir, para empezar ese nivel de confianza y cercanía, ese nivel de
hermandad, no la tengo con mi padre ni siquiera, así que podéis
imaginar que no puede existir con mis hermanos, ni por mi lado ni por
el suyo. Yo soy un desconocido para ellos y ellos para mi casi lo
mismo. La relación, como he dicho antes, se ha enfriado demasiado...
Quiero pensar que un día, lo cambiaré, que un día mis hermanos y
yo estaremos en contacto de forma continúa, nos veremos
regularmente, y mis hermanos pasarán a formar parte de ese pequeño
grupo de gente en la que confío ciegamente, hacía la que guardo
lealtad absoluta y completa, esa gente a la que no necesito preguntar
porqué, ya que se, que no me fallaran, esa gente, que sé con total
fe, que si pongo en sus manos mi vida, no deberé preocuparme. Quiero
pensar que un día las cosas serán así. De momento no lo son, es
lógico, pues yo no puedo pedir que mis hermanos sean así para mí,
cuando yo no soy así para ellos. Sin embargo aunque las cosas no
sean así, quiero pensar que no tienen porqué no ser en un futuro
así.
Recuerdo que mil veces me he prometido a mi mismo que cada 25 de cada
mes voy a llamar a mis hermanos, para saber como están, para ver que
es de sus vidas... Y siempre he fracasado, unas veces porqué se me
olvidara de forma consecutiva, otras veces porqué al llamar y no
obtener respuesta simplemente me desanimara y desistiera. Se que es
estúpido decir que no estoy comunicado con mis hermanos en plena era
de la información, pero es así. Somos muy diferentes entre
nosotros, y eso tampoco ayuda, ya que llega el momento de hablar y no
sé de que hablar con ellos, para que veáis lo frías que están las
cosas.
No es culpa de nadie la situación existente, son cosas que van
pasando, muchos obstáculos y en fin cosas que pasan. Pero aún así
aunque sean cosas que pasan, no puedo evitar que sean cosas
dolorosas. Mi familia por parte paterna está muy resquebrajada, no
somos una familia que queda si quiera una vez al año reuniendo a
todos sus miembros para celebrar el evento más nimio. Más allá de
mis hermanos y mi tío no conozco de forma muy personal a otros
parientes paternos, de vista, me suenan, pero poco más....
Ojo que la situación por parte materna no varía mucho... No es
mucho mejor. Y claro yo veo a ciertos amigos, que tienen a sus
hermanos y saben que pueden contar con ellos y no puedo evitar sentir
algo frío dentro de mí, algo que quema. No puedo evitar ver
reuniones familiares, familias perfectamente unidas y cohesionadas
con todos sus miembros en armonía entre sí y no sentirme la pieza
de una maquina, que está rota y no funciona. Para que os hagáis una
idea, si esto fuera juego de tronos, no haría falta que los
Lannister vinieran a cargarse mi linaje, en lo que se refiere al
sector de mis padres y yo, ya nos hemos encargado nosotros...
En fin tras estas reflexiones relacionadas con la baja forma de las
relaciones afectivas que tengo con mis hermanos, que son la poca
familia que me queda más haya de mis padres, terminaré diciendo que
todo lo mencionado me jode, pero sobre todo lo siento.
Siento que no haya una relación mejor, siento estar tan lejos de
vosotros más haya de la distancia, sino concretamente tan lejos de
vuestros corazones y siento no haber sido mejor hermano, para como
mínimo merecer tal seudónimo. Siento orgullo de ser vuestro hermano
aunque el calificativo me venga bastante grande, y sobre todo, os
quiero, os quiero como si las cosas entre vosotros y yo, nos
estuvieran tan frías. Pese a todo, os quiero como mis hermanos que
sois.
viernes, 12 de junio de 2015
Cuando llegue el momento, hacedlo.
No
os voy a engañar, ni os voy a endulzar lo que me está rondando la
cabeza de ninguna manera, os debo la verdad o eso creo, os la debo
porqué ahora mismo si estáis recorriendo estas líneas con los
ojos, sois mis lectores. El contrato se cierra en consecuencia, tengo
vuestra atención y vosotros tenéis mi verdad o lo que yo creo que
es verdad pues la verdad a veces es relativa a las opiniones. Aunque
este no sea el caso.
Son las tres de la mañana casi y hay algo que no me deja dormir,
algo a lo que no puedo dejar de dar vueltas, algo que me inquieta y
me asusta, y algo que me dispongo a contaros. Puede que vosotros
penséis, bah, no es para tanto, las tres no es tan tarde, creedme
para mí, si. Hace un rato debía estar durmiendo. Por dos razones,
la primera es que esa personita importante que esta por ahí
dedicándome una pequeña parte de su vida me dijo hace ya rato que
durmiera bien que me quería, con eso debería ser suficiente para
granjearme buenos sueños. Sin embargo no es el caso. La segunda
razón es que yo soy de esas personas que llega, plancha la oreja y
en segundos está profundamente dormida. Normalmente es así...
Aunque últimamente...
Voy al grano. Siempre a lo largo de mi vida ha habido episodios en
que he tenido una especie de dolorosa certeza, una certeza a la que
de verdad temo. La locura. Ha habido veces que mi mente se ha reído
de mí, ha jugado conmigo, veces en las que he notado de verdad que
la cordura no me acompañaba, que me sumía en la irracionalidad.
Veces en las que de repente me he quedado en blanco, sin saber nada.
En las que me han hablado de hechos vívidos de los que no albergo
recuerdo alguno. Veces en las que he estado seguro de una cosa, hasta
el punto de poner mi vida en juego si hiciera falta, y me han
desmentido que tal cosa no era así. Veces en las que he estado fuera
de lugar y con la terrorífica seguridad de encontrarme en una
situación en la que no me encontraba. Y la peor de todas tomar una
decisión concreta y difícilmente corregible de la noche a la mañana
sin saber porqué la he tomado.
Pondré ejemplos. En orden mencionado. Estar haciendo cualquier
tarea, estar yendo a cualquier sitio y quedarme paralizado porqué de
repente he perdido la consciencia de donde estoy y hacía que me
dirijo, de tal modo que me ha costado un rato salir de ese
terrorífico estado en blanco; Que alguien me cuente una anécdota y
yo no recuerde un sólo detalle de ella, que ni me suene, hasta el
punto de pensar que esa persona se equivoca de protagonista. Pero sin
embargo que otras personas me digan que esa anécdota es real, no es
una mentira, que era yo de verdad y además era una de esas historias
que no se olvidan, también me ha pasado con personas y lugares,
olvidarlos por completo como si nunca los hubiera conocido; Estar
hablando de algo que recuerdo con seguridad como que tal objeto era
de tal color, o estaba en cierto sitio o posición y que me digan que
no, que era de otro, que estaba en otro lugar o posición. Discutir y
discutir por estar tan seguro de lo que digo que hasta me dejaría
torturar defendiendo lo que creo. Sin embargo tras mucha discusión
darme cuenta de que no tengo razón. Darme cuenta de que mi mente no
funciona bien. La última fue una discusión porqué yo creía que
tal persona había bebido "x" bebida y había bebido otra.
Me hubiera apostado al vida a que había bebido granadina; Despertar
y por algún motivo creer estar en peligro, en un peligro concreto
sentir el miedo y la seguridad de estar en dicho peligro, de que no
estoy en un sueño y de que estoy completamente despierto y
consciente, estar intentando sobrellevar esa amenaza inminente y de
repente, como si esa perdida de la cordura cesara, darme cuenta de
donde estoy y de que todo había sido una locura momentánea; Por
último. El ejemplo más significativo de tomar una decisión de
repente sin saber porqué fue este. Me ha pasado dos veces. Tener una
relación sentimental con alguien. Una relación de mayor o menor
éxito pero una relación, una relación que no estaba en su peor
momento, una relación que por difícil que fuera prometía.
Acostarme una noche más o menos encariñado con esa persona y al día
siguiente al despertar, el primer pensamiento que pasara por mi
cabeza fuera una decisión. "Tengo que dejar a ..." quien
fuera. Una decisión que pareciera implantada en mi mente. En plan
"Origen". De repente te despiertas y has tomado una
decisión tan importante, sin saber cómo, ni porqué, sólo que la
has tomado, que debes hacer esa cosa que ha sido tu primer
pensamiento del día. Piensas eso, es como si tuvieras la completa
seguridad sin entenderlo de que debes hacer esa cosa. Y poco a poco a
lo largo del día, vas argumentando porqué debes hacerlo, pero en el
fondo sabes que no ha sido el raciocinio lo que ha implantado esa
decisión en ti. Gracias a dios o a lo que sea siempre que he tomado
esa decisión ha sido para bien, y en el caso de esas relaciones, no
eran relaciones demasiado serias, importantes ni con vistas de
futuro, pero aún así no puedo evitar temer el "que" haya
tomado esa decisión el "que" haya funcionado de tal manera
para que yo pensara así como si me lo hubieran grabado a fuego, y
sobre todo temo que un día tome esa decisión y sea para mal. Para
llevar mi vida por donde no llevo o para dejar a una persona a la que
de verdad amo y con la que de verdad quiero estar.
Lo peor de algunos de estos casos es que a veces uno puede pensar que
le están engañando, le están intentando confundir. Pero le
desmienten cualquier tipo de duda, hasta el punto que la realidad le
golpea a uno de frente, le arrolla hasta el punto de destrozarlo con
la duda de "¿Estaré loco?", "¿funciona bien mi
mente?" Hacerse esa pregunta es duro, sentir la certeza de que
la mente de uno no marcha bien, de que hay algo que no funciona... Es
doloroso. Es algo que desconcierta que nos arroja a la locura
momentáneamente, a la desesperación por no saber que nos está
pasando, que pasa dentro de nuestro interior. Con el tiempo aprendí
acostúmbrame a estos "lapsos" al menos a acostumbrarme
para que cuando lo sufriera no dejara traslucir mis sentimientos
delatándome. Para que la gente no pensara de mí lo que yo pensaba
en ese momento "Está loco". Pero antes de conseguir
ocultar ese miedo y esa desesperación ante tal incertidumbre no
miento si digo que me ha costado muchas depresiones, mucha rabia,
ira, frustración, lágrimas, gritos y puñetazos impotentes contra
algo. Muchas deseos oscuros y autodestructivos, mucho odio contra mi
mismo y contra mi consciencia y raciocinio. Mucho miedo. Mucho
estrés, mucha preocupación.
Y es que no pienso en ello, tengo la mente llena de cosas para pensar
siempre en algo que no está pasando, pero cuando me pasa no puedo
pensar en otra cosa. No puedo llenar mi mente sobre cosas que
escribir, que hacer. Sobre aventuras que vivir, sobre risas que
sentir o sobre besos que dar. Cuando sufro uno de estos episodios
quedo totalmente anulado por ese estado depresivo de miedo y
desesperada incertidumbre post-ataque. Y pienso en los antecedentes
familiares relacionados con la perdida de la chaveta. Y pienso que si
no estaré loco y todo es un sueño, la vida que tengo es una
fantasía, pienso si no estaré de verdad atado en una habitación
acolchada. Pienso si esos lapsos no irán a más. Pienso si alguien
un día tendrá que sufrirlos junto a mi y por mi culpa. Pienso que
un día acabaré loco, seguramente cuando esté mayor. Que no tendré
esa bella vejez donde uno se conserva fuerte hasta que muere. Que no
seré ese viejo cuyos hijos piensen "Seguro que todavía puede
conmigo" Que no seguiré bien hasta que un día simplemente deje
de estar. Que no disfrutaré de esa vejez idílica y que cuando
llegue el día no tendré la fortaleza que deseo para morir como
quiero, con dignidad y de pies. Pienso, aterrado, que un día la
locura me invadirá. Que un día no seré capaz de ser yo mismo, que
sólo seré una sombra triste que no se me parece, una sombra que no
alberga mis rasgos, que no posee esas pocas cualidades que me hacían
único. Que no es capaz de hacer reír, de infundir ánimos y valor
en otros, que no es capaz de proteger y cuidar, que no es capaz de
querer y amar. Pienso que un día no podré dedicaros palabras llenas
de amistad, admiración y amor, que no podré escribir líneas
dejando en ellas todo el talento, por poco que sea, que tengo, pienso
que no seré yo, que ni siquiera tendré la capacidad de recordaros a
lo que fui, a esa persona cariñosa que os cuidó. Y entonces cuando
pienso eso siento ganas de llorar, de romper la mascara que he creado
para cubrirme cuando tengo miedo o cuando estoy triste. Y entonces
sólo anhelo una cosa. Que si llega el momento en el que la razón me
abandona, en el que en consecuencia dejo de ser yo. En el que pierdo
la mejor de mis cualidades, que es darme a otros, que es cuidar y
querer. Entonces, si eso pasara, sólo anhelo que llevéis a ese loco
inútil, incapaz de en su locura tan sólo ser alguien cariñoso y
agradable, espero que lo llevéis al lugar del que no vuelva. Como si
una pieza de ganado enferma fuera, como si de un caballo inútil y
tullido se tratara, llevadlo detrás del establo y metedle un tiro en
la sien. Acabad con su agonía, aunque no posea cordura ya, os lo
agradeceré. Cuando llegue el momento... Hacedlo. Pues de todos mis
miedos, que son muchos, pues soy humano y no tan estúpido al menos
como para no tenerlos. De todos ellos mi peor miedo es dejar de ser
yo, por culpa de la locura. Perder mi esencia, mis rasgos, mi
personalidad, lo que me define. En definitiva, perder mi alma. Porque
un vivo, sin alma, es sólo un ser vacío, una envoltura inútil.
Prefiero ser recordado con amor. Que prevalecer en forma de papel de
caramelo vacío al que hay que llevar de la mano a todas partes.
miércoles, 10 de junio de 2015
viernes, 5 de junio de 2015
Recordándote
Mirar tus labios y querer besarlos, mirar tus ojos y clavar en ellos
los míos para no perder un detalle de esa mirada mágica. Eso es, te
amo. Andar a tu lado y contemplar tu gracia, perderme en tus formas,
líneas y en tu cuerpo. Adorarte, cada día, como si fuera el último.
Darte cada beso lleno de pasión como si la vida se me escurriera
entre los dedos, como si la vida fuera arena, como si ese fuera mi
último beso. Acariciar tus cabellos con ternura y cuidado, una
cascada castaña y preciosa, suave, ondulada. Agarrar tu mano con
firmeza y no poder evitar besarla y apretarla junto a mi cara,
sintiendo su suave tacto. Estar cerca de ti y no poder evitar
acariciarte, las manos, los brazos, las piernas la espalda, no poder
evitar cubrir de ternura un cuerpo tan majestuoso un cuerpo tan
perfecto, no poder evitar estar enamorado.
Tu preciosa voz que me abre un mundo, un mundo de anécdotas, un
mundo de risas, una voz que además de preciosa es sabia, lista,
ingeniosa, una voz que habla por una gran mente, podría pasar horas
y horas escuchándote, riéndome de tus ocurrencias, cada una más
loca que la anterior, podría pasar horas escuchando tu historia,
podría pasar horas viéndote esquivar mi mirada, viéndote
sonrojarte, cuando me dices que me amas, cuando me expresas como
estás de enamorada. Podría pasarme vidas enteras así.
Y así es como me siento contigo, así es como haces de mi un hombre
importante, así me das la vida, me iluminas. Así me enamoras, me
haces feliz, me fascinas. Así pasan mis días, anhelando tenerte
entre mis brazos, anhelando lanzarme a los tuyos, anhelando tus
besos, anhelando tus caricias, echándote de menos pensando en ti,
trayendo tu perfecta cara a mis recuerdos, viendo esa expresión que
pones cuando la acaricio, una expresión de felicidad, una expresión
de calma, de tranquilidad, esa expresión que me encanta provocar
pasando mis dedos por tus mejillas en una suave y delicada caricia,
cuando pongo mi mano en tu rostro, dejo mi pulgar en la línea de tu
nariz, mis yemas rozando la línea de tu mandíbula, cubriendo tu
mejilla, tu mandíbula, tu piel con mi mano áspera.
Sólo de recordarte mi respiración se agita, sólo con pensar en ti,
con hablar contigo aunque sea en la distancia, mi pulso se acelera,
mis manos tiemblan, como cuando estoy contigo y me miras de hito en
hito, cuando pasas tus finos dedos por mis cicatrices, mi piel o mis
manos, como cuando andas a mi lado y como por accidente agarras mi
mano, como si hubieran chocado por azar y sin saberlo se hubieran
encontrado y entrelazado.
Pero junto con la magnificencia de amarte y de ser correspondido, con
el placer de ser tuyo por entero, junto con la pasión que inoculas
en mí con tu compañía sólo, también albergo temor y miedo. Estar
enamorado de ti es grato, pero cuando posees algo tan grande o no
sabes apreciarlo o temes perderlo. Cuando tienes lo mejor no puedes
evitar los nervios de extraviarlo. No puedo evitar el temor de que
veas ese lado que no quiero que sea descubierto, no puedo evitar
temer que lo encerrado huya y sea visto, no puedo evitar temer que no
asimiles que hay cosas de mí que no me representan, pero que ahí
están.
martes, 2 de junio de 2015
Suscribirse a:
Entradas (Atom)